Crecimiento vegetativo de la vid
Viticultura

La viña no descansa ni en verano. Trabajos en verde en el campo

Media España está de vacaciones. Todo, o prácticamente todo se paraliza en julio y agosto en nuestro país, menos la viña. Estos meses son especialmente importantes para el crecimiento vegetativo de la vid y debemos de acompañarla para obtener la máxima calidad en la próxima cosecha 2021.

Desde el mes de mayo, en la Ribera del Duero estamos con los trabajos sobre la masa foliar de la viña, también llamados vulgarmente trabajos en verde. Y, ¿qué son estos trabajos? Consisten en seleccionar y ordenar aquellos tallos y racimos más interesantes para obtener uvas de la máxima calidad.

Durante el invierno, con la poda común, cortamos los tallos dejando únicamente aquellas yemas interesantes para que la planta brote en la campaña siguiente, pero esto es sólo una declaración de intenciones puesto que la planta, por múltiples razones, puede brotar por otros lugares no previstos.

Al llegar la primavera y en función, de nuevo, de los agentes climáticos, la planta brota y requiere que hagamos una selección de aquellos tallos interesantes. Estos se identifican por su vigor, disposición, tamaño, sanidad y nos va a permitir obtener exactamente lo que queremos: uvas excepcionales.

Los trabajos se extienden a lo largo de todo el ciclo vegetativo, que va desde mayo hasta septiembre. Comienzan por hacer una selección de aquellos brotes que no son interesantes principalmente porque surgen de yemas poco productivas o porque están dispuestos en un lugar de la cepa que no es interesante para la formación de su estructura principal.

Una vez avanzado el ciclo, y con tallos de aproximadamente 70 u 80 centimetros se interviene de nuevo retirando «los nietos» o también llamados «anticipados».

¿Qué son los nietos o anticipados? Son unos tallos innecesarios y fuertes, que surgen de los tallos principales de forma lateral. Estos tallos consumen recursos y dificultan la maduración de la uva. Además en este proceso se eliminan también manualmente todos aquellos racimos que no son interesantes

Posteriormente, en algunos viñedos se hacen uno o dos despuntes, que consiste en cortar las puntas de los tallos para que no crezcan más. De esta forma aumentamos la calidad y evitamos riesgos de roturas. Para hacerlo de forma respetuosa esta labor se realiza manualmente. Es muy importante que exista un equilibrio entre el volumen de hojas y el número de racimos para que se consiga una maduración óptima.

Hacia el mes de julio se retiran ciertas hojas cercanas a los racimos para evitar condensaciones y humedad cercana a las uvas. De esta forma evitamos tener que usar ningún producto químico. El propio aire y el sol se encargan de ventilar, secar y mantener la planta libre de cualquier enfermedad.

En la última parte del ciclo, especialmente en los viñedos más jóvenes, retiramos aquellos racimos que pensamos no van a madurar, o que hacen que tengamos una producción excesiva. Así, durante el mes de agosto y septiembre, la fruta madura lentamente acariciada por las temperaturas templadas de la Ribera del Duero. Mientras tanto, las vides disfrutan de una carga de trabajo liviana, que les permite concentrar sus esfuerzos en aquellas uvas elegidas para formar parte de una nueva añada única, mágica y excepcional.

El campo no para, aquí las vacaciones no existen. La viña manda, y nosotros tan felices.