Son los días más intensos del año. Todo se magnifica y se multiplica en nosotros, las piernas y las manos no paran. La cabeza tampoco. La viña ha hablado y se ha expresado, nos muestra de lo que ha sido capaz este año. Nos da todo lo que tiene. Tenemos que ser capaces de recoger ese fruto de manera precisa, en el momento perfecto de maduración. Estamos en vendimia.
A jueves 14 de octubre, que escribimos estas líneas, nos encontramos en Tres Piedras con aproximadamente el 35% de la uva vendimiada. Ya hemos recogido la uva de nuestras viñas más viejas (entre ellas las centenarias de la parcela de La Tejera, que un año más nos vuelven a enamorar). Las variedades blancas y las tintas cuyas viñas se asientan en suelos más pobres (y cuentan con una maduración más temprana) también están ya en bodega.
De las primeras en entrar han sido también las uvas de las zonas de menor altitud para evitar heladas. A mediados de octubre, en la Ribera del Duero Burgalesa, contamos ya con noches frías que se mueven por los cero grados o incluso con el termómetro en negativo. Hay que tener en cuenta que el hielo deshidrata la uva y por tanto la concentración de azúcar se descompensa si se sufriera una helada en la viña antes de vendimiar. Nuestras parcelas más cercanas al río Riaza ya están en bodega con un excelente estado sanitario.
Aunque trabajamos una viticultura ecológica, sostenible, sin la utilización de pesticidas, fungicidas o fertilizantes químicos, este año tampoco hemos sufrido ninguna afección en la viña y no hemos encontrado nada de Oidio, Mildiu o podredumbre gris. Nuestras viñas, gracias a esta práctica continuista de viticultura ecológica han aprendido a hacer frente a estas posibles enfermedades.
Todo nos hace presagiar que este año contaremos con una excelente añada. Las lluvias caídas tres semanas antes de iniciar la vendimia llevaron a la uva a la perfecta maduración. Los maravillosos 23 litros por metro cuadrado que recibimos en cuatro días fueron acogidos con plena felicidad por nuestras plantas, y por nosotros. Esa suma de lluvias tan repartidas en cuatro días y el aire diurno permitió una perfecta aireación de la viña.
Estos días, cada mañana con los primeros rayos del sol, el equipo de vendimia sigue recogiendo lo mejor de cada viña, cepa a cepa, en cajas de 15 kgs. Este año nuestra finca de La Tejera nos ha dejado un rendimiento de 1,2 kgs por planta. Prácticamente una botella de vino por cepa. Pequeñas joyas que darán forma a las cerca de 1.900 botellas que componen Unanimous La Tejera.
El frío se ha convertido casi en una obsesión para los elaboradores. También para nosotros, que trabajamos con él estas semanas. Vendimiar en el momento más fresco del día y acto seguido mantener la uva a una temperatura controlada de unos 7 grados durante dos días antes de su entrada a los depósitos. Macerar a baja temperatura antes de iniciar fermentaciones nos permitirá acrecentar el carácter varietal del vino.
En bodega, la uva ya vendimiada ha arrancado de manera espontánea la fermentación con sus propias levaduras indígenas (una de las innumerables ventajas que nos proporciona trabajar en ecológico). Estamos maravillados con esta añada. Todavía nos quedan unos días de vendimia pero vislumbramos una gran añada 2021 en la Ribera del Duero y en Tres Piedras.
Seguimos.